Everest 1996 by Anatoli Bukreev & G. Weston DeWalt

Everest 1996 by Anatoli Bukreev & G. Weston DeWalt

autor:Anatoli Bukreev & G. Weston DeWalt [Bukreev, Anatoli & Weston DeWalt, G.]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Deportes y juegos
editor: ePubLibre
publicado: 1998-01-01T05:00:00+00:00


Capítulo 14. Hacia la cumbre sur

Los miembros de Mountain Madness que avanzaban alejándose del Campo IV veían ante sí la ondulante línea de luces formada por las linternas frontales de los escaladores de Rob Hall, que habían partido del campamento treinta minutos antes que ellos. Con Hall estaban subiendo hacia la cumbre otras catorce personas más: dos guías, ocho clientes y cuatro sherpas, entre ellos Ang Dorje, su sirdar, con quien Bukreev había trabajado instalando cuerdas fijas.

A Gammelgaard no le agradaba nada ir siguiendo a la expedición de Rob Hall. «Formaban un grupo muy bueno, pero eran mayores e iban lentos. Eran todo lo fuertes que se puede ser a los cuarenta y cinco o cincuenta años, pero eso equivale a ir muy, muy despacio». Otro de los componentes de Mountain Madness decía: «En mi opinión, el haber salido detrás de Rob Hall y el haber coincidido con su grupo en las cuerdas fijas probablemente costó a nuestro equipo un par de horas durante la ascensión».

A las dos o tres horas de la partida desde el Collado Sur, los escaladores de Mountain Madness comenzaron a adelantar a los miembros del grupo de Rob Hall, y a eso de las cuatro de la madrugada estaban completamente entremezclados: el equipo de Fischer con el de Hall, y unos y otros con tres miembros de la Expedición Nacional Taiwanesa: Makalu Gau, jefe de la expedición, y dos de sus sherpas. Para sorpresa de Hall y de Fischer, los taiwaneses habían decidido pegarse a ellos en el tirón hacia la cumbre, probablemente con la intención de «chupar rueda», escalando detrás de personas más fuertes que abrían huella y montaban cuerdas fijas.

Durante un par de horas Bukreev avanzó junto a Adams y luego comenzó a quedarse atrás después de haber adelantado a varios escaladores, algunos de Rob Hall y otros de su propio grupo. Adams recuerda haber dicho a Bukreev al salir del Campo IV que se sentía algo letárgico y falto de energía, pero a medida que ascendía fue encontrando su ritmo. La adecuada aclimatación y el oxígeno estaban alimentándole en aquella jornada, que para él representaba «un gran día».

Dirigiendo la danza de la serpiente de luces iban alternándose, en las horas previas al amanecer, tres escaladores de la expedición de Rob Hall: Ang Dorje, Mike Groom, guía de Hall, y también Jon Krakauer, el cliente periodista y escalador que había comprado su puesto en la expedición de Hall en el mes de febrero, después que Outside decidiera no firmar con Mountain Madness. En varios lugares a lo largo de la ruta, según Krakauer, los tres escaladores se habían detenido por completo, no debido a dificultades o problemas sino porque Hall había indicado a sus escaladores que, «durante la primera mitad del día de cumbre» no se separaran entre sí más de un centenar de metros, hasta que alcanzaran el Balcón, una brecha en la base de la arista sureste, situada a unos 8500 metros de altitud. Krakauer, acostumbrado como escalador a tener independencia



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